Cuadro votivo centenario del Santuario de Ntra. Sra. del Monte.
Antonia, La Gitana
Bordadora.- Raimunda Sánchez “de la Nicoreta”.
1918.EXV10086.TEXTIL28VM
Transcripción de la cartela:
“Encontrandose Victoriano Naranjo Diaz, en grave estado de
salud y combencido de que los ausilios terrenos heran insuficientes,
acudio a los Celestiales, pidiendo a N.S. del Monte con fervor, el
cual fue escuchado; y en agradecimiento de este fabor, ofrecio el
presente cuadro, que hoy cumple, y da gracias por tan gran
milagro, á Ntra. patrona Mª Sma del Monte; hoy 17 Abril 1908”
FICHA TÉCNICA
AUTORÍA:
Fotógrafo.- Reynaldo García Caballero (Almagro)
Bordadora.- Raimunda Sánchez “de la Nicoreta”.
Artesano ebanista.- Desconocido.
DONANTE.- Antonia Sobrino González (madre). Bolaños de Cva.
DATACIÓN.- 28/04/1918
TIPOLOGÍA.- Exvoto fotográfico narrativo textil.
DIMENSIONES:
Con marco: 64 x 76 cm. /Sin marco: 44 x 55 cm.
TÉCNICA MIXTA.- Collage sobre tejido. Fotografía analógica en blanco y negro sobre papel fotográfico. Bordado a máquina manual con aros y a pedal (pespunte, punto de adorno, arenilla, realce, matiz, bodoque cerrado, puntada larga) con hilos de algodón (blanco moreno y amarillo). Cinta de seda.
Nº DE REGISTRO TEXTIL.- 1918.EXV10086.TEXTIL28VM
UBICACIÓN.- Museo del Santuario de Ntra. Sra. del Monte (Bolaños de Cva.)
Su historia...
Blancos realces de hojas carnosas envuelven los tres elementos compositivos de carácter votivo en este textil votivo; alineados, dentro de la composición del exorno bordado dispuesta en perfecta simetría, sobre el tejido de soporte de raso (descolorido por la luz del paso del tiempo), originariamente azul cielo.
En el primer estrato está ubicada una estampa de la Virgen recortada dentro de una mandorla, enmarcada por cinta volátil azul claro abullonada rítmicamente, y contorneada por un cordoncillo bordado con hilo de color blanco moreno del que surgen los rayos del resplandor, que son elaborados alternativamente por matiz, punto de adorno, realce, punto de adorno, matiz, punto de adorno…, que simulan un resplandor luminoso que es coronado por una cruz latina.
La imagen de la patrona bolañega, centrada en el plano superior de la composición tripartita, permanece con la luz apagada. La Virgen del Monte descansa sobre andas blancas, franqueada por cuatro esbeltos candelabros no encendidos, de tres brazos cada uno, con tulipas de cristal rematadas por una pieza de metal en su parte superior. Levita la Soberana sobre una alta peana, con el escudo de la Orden de Calatrava tallado y una pareja de querubines entre nubes, que constituyen una gran masa sustentada por dos grandes y gráciles ángeles de cuerpo entero. Viste con mucha feminidad, luciendo sobre el alto cuello del traje una gargantilla según la moda del siglo XIX. Porta traje con jubón, con su mano derecha muestra la “vara florida” y con la izquierda acuna a su Hijo. El corpiño es rematado por encaje de hilo de oro, en el centro de la delantera se confronta encaje metálico en paralelo imitando al cierre o la botonera. La falda (saya) tiene bordadas las iniciales del Ave María con corona real; debajo de ellas abren dos ramas florales simétricas que realzan el anagrama de María. El ancho encaje metálico superpuesto que remata el bajo de la saya y el manto brocado de cola, también rematado por encaje superpuesto, atienden a las modas en el vestir suntuario extendidas desde del s. XVIII. El manto descansa sobre los hombros y cubre la cabeza de la patrona bolañega una toca (símbolo de la Virginidad perpetua de María) rematada por encaje fruncido entorno a su rostro a modo de rostrillo. Sobre la exquisita veladura se posa la corona imperial.
Como curiosidad, no se conservan ninguno de los elementos analizados anteriormente exceptuando la toca con remate de encaje a modo de rostrillo.
La familia conserva copia original de la fotografía analógica del grupo familiar, realizada por el fotógrafo almagreño Reinaldo García Caballero. En este cuadro votivo es enmarcada igual que la estampa de la Virgen, por una cinta de seda azul claro ahuecada redondeando los vértices; de los ángulos superiores surgen bordadas dos espigas (con granos realzados y largos filamentos en punto de adorno) y una rama con el capullo cerrado de una rosa. Los parientes, endomingados, posan de pie, situándose a ambos lados de la sedente matriarca en orden jerárquico, de mayor a menor. Antonia Sánchez Sobrino, llamada “la Gitana” en su entorno familiar, permanece sentada en el centro del grupo familiar, apoyando su brazo izquierdo sobre el reposabrazos de la silla, muestra un abanico plegado que sujeta entre sus dos manos. Las manos de sus familiares reposan sobre sus hombros: su hijo José Miguel, a la izquierda, y su prima carnal Soledad a la derecha; estos apoyan su otra mano sobre los hombros de los miembros familiares más pequeños que cierran la composición. En el lado izquierdo, su hija Recuerdo posa de pie con un ramo de flores en su mano izquierda, mientras que en el lado opuesto su hijo Enrique ofrece el brazo derecho a su tía segunda.
Plano celestial y terrenal son enmarcados por un contorno ondulante bordado a cordoncillo que incrementa su esplendor con hojas de acanto realzadas y matizadas; son estos motivos vegetales extraídos de diseños arquitectónicos y/o escultóricos, semejando el conjunto del exorno a una cornucopia de espejo profusamente decorada.
En el estrato inferior se dispone la leyenda en forma circular. La epigrafía es repasada a pespunte bordado a máquina sobre el aro, con hilo de color amarillo. El redondel es realizado por la joven Raimunda con doble cordoncillo: para el interior emplea el mismo tono de hilo que en la grafía y para el exterior usa hilo blanco y monta las puntadas de forma equidistante sobre el cordondillo paralelo, creando un realce o cordoncillo más ancho. Lateralmente, en la parte inferior, dos pequeñas ramas de hojas simétricas brotan del cordoncillo exterior aportando gracia a la cerrada cartela. El dibujo de calco azul testimonia la destreza de la bordadora que no tapa los arrepentimientos con su trabajo, dibujando ella con la aguja el propio trazo perfecto.
Toda la composición tripartita es envuelta por altos realces vegetales y cuatro grandes flores simétricas, con estambres y pistilos amarillentos. El resto del bordado ha sido realizado con hilo de algodón blanco moreno.
Destaca la calidad del bordado monocromático de “la Nicoreta”, por ser uno de los pocos gestados a partir de dibujos de los típicos florones góticos y grandes hojas de acanto a modo de volutas barrocas resurgentes de tallos; así como por su dificultad técnica, especialmente por el ancho y direccionalidad del realce, a modo de un altorrelieve labrado (se debe tener presente que el hilo de la canilla tira). El no importarle a la artesana textil dejar ver el dibujo de guía plasmado por el calco azul, indica el alto grado de perfección que la bolañega poseía.
Este objeto de fe se tensa en un doble marco de madera de nogal. El artesano ebanista protegió y adornó las esquinas (tapando los ingletes) con terciopelo marrón violáceo en forma de cuadrados con dos lados curvos, sujetadas al marco.
Misceláneas y curiosidades
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Debido a la técnica maestra de la diestra artesana de la que se sabe que trabajaba por encargo y que murió muy joven se le puede atribuir la realización de otros tres exvotos narrativos muy singulares, donados al Santuario de la patrona bolañega entre los años 1920 y 1922, dos de los cuales se encuentran en el Museo: Niños sobre una silla y Enferma rodeada por su familia.
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La Virgen de Zuqueca conserva unas andas blancas iguales, con las que sigue procesionando colocadas sobre carroza. En el cuadro-recuerdo de 1917, Pedro Molina Postrado de hinojos, expuesto en el atrio de su ermita, están fotografiadas por primera vez.
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La investigación etnográfica ha permitido identificar a todos los retratados y conocer aspectos intrínsecos a la obra de índole muy variada.
Proyecto: “Enhebrando santuarios…”, extraído de la tesis doctoral CUADROS-RECUERDO DE LOS TEMPLOS DEL CAMPO DE CALATRAVA. ARTE TEXTIL AL SERVICIO DE LA DEVOCIÓN realizada por María Jesús de Toro Calzado.