Cuadro votivo centenario del Santuario de Ntra. Sra. de Oreto-Zuqueca
© Fotografía de Miguel Ángel Blanco. Colección fotográfica particular de María Jesús de Toro Calzado
Pedro Molina postrado de hinojos
Bordadora.- Convento de la Encarnación de las Madres Dominicas de Almagro.
1917.EXV03.TEXTIL03VZ
Transcripción de la cartela:
“Encontrándose Tomasa Perez, embarazada, visitando á la virgen el 25. de Marzo de 1903, se puso gravemente enferma y su esposo Pedro Molina
convencido de que los auxilios terrenos heran ya insuficientes, acudió á los celes
tiales pidiendo a N. S. de Azuqueca (que como a todo el que le pide con fervor,)
fue escuchado y en agradecimiento de este favor, ofreccio el presente cuadro que hoy cum-
ple y da l gracias postrado de hinojos por tan gran milagro. hoy 1.dDe Marzo de 1.917.”
FICHA TÉCNICA
AUTORÍA:
Fotógrafo.- Desconocido.
Bordadora.- Convento de la Encarnación de las Madres Dominicas de Almagro.
Artesano ebanista.- Desconocido.
DONANTE.- Pedro Molina (esposo). Granátula de Cva.
DATACIÓN.- 1/03/1917. Ocurrió en marzo de 1903.
TIPOLOGÍA.- Exvoto narrativo fotográfico textil.
DIMENSIONES:
Con marco.- 89 x 68,5 cm. / Sin marco.- 60 x 45 cm.
TÉCNICA MIXTA.- Collage sobre tejido. Fotografías analógicas en blanco y negro sobre papel fotográfico. Bordado a mano sobre raso (punto tallo, bodoques cerrados, matiz, rejilla, nudo francés, arenilla) con hilos de algodón (rosa, rojo, amarillo, ocres, verdes, gris azulado y negro). Tinta sobre papel.
Nº DE REGISTRO TEXTIL.- 1917.EXV03.TEXTIL03VZ
UBICACIÓN.- Atrio de la Ermita de Ntra. Sra. de Zuqueca (Granátula de Cva.)
Su historia...
Un tupido ramaje con rosas bordadas en los ángulos del cuadro-recuerdo, envuelven los tres elementos de la composición tripartita con la distribución jerarquizada que caracteriza a los exvotos narrativos. En el plano superior la Virgen figura sobre andas blancas, iluminada por faroles. En la parte central, la fotografía de Pedro postrado de hinojos, rogando a Ntra. Sra. de Zuqueca, y en el plano inferior la cartela manuscrita a mano alzada.
Este cuadro votivo destaca por su limpieza de composición y la calidad técnica del bordado a mano, además de por su gran tamaño y llamativo marco artesanal.
La monja bordadora emplea un registro muy certero de tonalidades de hilos, que realza el naturalismo de los elementos florales. Los familiares-confidentes recuerdan que su abuela contaba que fueron a Almagro a encargarlo a las monjas de clausura. Así pues, se puede otorgar la autoría al Convento de la Encarnación de las Madres Dominicas de la localidad nombrada.
El exorno bordado del cuadro está constituido por ramos de rosas angulares enlazadas por ramajes muy floridos sobre raso. Tres rosas rosas fueron dibujadas con distinto ángulo y en diferente estado de desarrollo. Después pasaron a ser bordadas con matiz en sépalos y corola. La base del sépalo es redondeado, trabajado en rejilla con cuadrículas rellenadas por nudo francés. Para la primera vuelta exterior del matiz de los pétalos, la madre dominica, ha empleado hilo de color beige, utilizando un color rosa claro sin degradar para las restantes tres vueltas. Como excepcional, hay que destacar que las cuatro “rosas abiertas” carecen de estambres. Cinco hojas planas salen de la gran rosa con reborde doblado, con doblez realzado con realce; el resto de la hoja ha sido matizada con hilos beige y verde, y las nerviaciones repasadas a punto tallo con hilo negro.
Los tallos gruesos que enmarañan toda la composición son trabajados a doble realce (montado el realce de color más oscuro sobre el realizado con hilo más claro indistintamente) y los zarcillos a punto tallo. De este delicado ramaje surgen: florecillas rojas de seis ondas realzadas a festón, flores naranjas matizadas, bodoques naranjas y los cuatro tipos de hojas visionadas desde distintas perspectivas. Es de destacar el atrevimiento de la religiosa bordadora al sombrear algunas hojas planas con hilo de color gris azulado y las nerviaciones repasarlas a punto tallo negro.
La imagen de la patrona granatuleña, centrada en el plano superior de la composición tripartita preside la súplica del voto con la luz apagada. La Virgen de Zuqueca descansa sobre andas blancas, franqueada por cuatro esbeltos candelabros no encendidos, de tres brazos cada uno, con tulipas de cristal rematadas por una pieza de metal en su parte superior. Levita la Soberana sobre una alta peana (con las tallas del escudo de la Orden de Calatrava tallado y una pareja de querubines entre nubes) sustentada por dos grandes ángeles de cuerpo entero. Viste “Traje de seda rojo” del siglo XIX (con este traje de gala fue coronada en el año 1963, luciendo el anagrama de María sobre su falda) bordado al estilo de “bordado en oro contemporáneo”, bordado en cordonería y punto de cartulina con hilos de oro fino. Observando al manto que se conserva y se usa en la actualidad, los materiales utilizados son: seda, cartulina, hilo muestra, moteado, torzal, brizcao, cordón, puntilla de encaje de oro, flecos y raso; el diseño del dibujo corresponde a roleos de vegetales con rosas en diferentes estadios (bordeando especialmente todo el manto), ramitas con hojas y ramitas con granadas que alternan haciendo de relleno. Una puntilla de encaje, tejida con hilos de oro con conchas exteriores a hojilla, remata la embocadura del manto con dos grandes flores (confeccionadas con el mismo modelo de encaje) cosidas sobre la puntilla acrecentando el peso de las caídas del manto que está anclado en la cabeza de la bella imagen medieval .
La fotografía analógica, en blanco y negro sobre papel fotográfico, es ubicada en el centro de la composición, entre ornamento floral y sobre un mosaico textil realizado mediante triángulos bordados. En el rincón del porche de un patio, Pedro postrado de hinojos, ruega a Ntra. Sra. de Zuqueca, mientras es contemplado por su esposa Tomasa que permanece ensimismada sentada en un sofá de enea, en quietud recordando los avatares de su embarazo. El joven matrimonio viste sus mejores galas: Tomasa sujeta un abanico cerrado entre sus manos; luce camisa ablusonada de manga larga, cuello alto y jaretas en la pechera recogidas en la cintura resaltando el talle; una ampulosa y larga falda estampada cubre parcialmente sus pies. Pedro, trajeado con camisa blanca, permanece arrodillado en actitud orante.
El mosaico horizontal de nueve piezas triangulares separa y une a un tiempo fotografía votiva y mensaje epigráfico. Tal exhibición de cinco puntos planos formando enrejados triangulares al hilo (bordado sin dibujo) nunca se ha bordado en ningún cuadro-recuerdo del Campo de Calatrava.
Ubicada en la parte inferior del cuadro se encuentra la leyenda, escrita con caligrafía a mano, con plumilla y tinta ferrogálica sobre papel sepia de formato regular, con letra caligráfica estructurada en seis renglones sin restos de la línea de guía. El texto escrito fue unido al soporte textil de raso mediante punto de cruz continúo perfilando el borde del papel. La grafía es personalizada y su expresión manifiesta el estado de instrucción de la escribiente.
La obra queda ensamblada en un marco artesanal plano, de pino, repintado con un barniz color roble o similar. Tiene amplio copete troquelado en la parte superior y dos pequeños añadidos, troquelados también, en los laterales dispuestos simétricamente. Las esquinas están montadas al cuadro. Este tipo de marcos era elaborado por los ebanistas locales para los espejos que acompañaban a las cómodas y por su longitud se colgaban inclinados (vencidos hacia adelante), sujetados por un cordón de seda grueso.
Misceláneas y curiosidades
-
Pedro Molina postrado de hinojos es el primer y único cuadro-recuerdo, bordado para la Virgen de Zuqueca, realizado por las monjas dominicas almagreñas.
-
No se debe olvidar la dificultad que conlleva vestir a una “escultura exenta sedente de bulto redondo”, por ello las piezas de sus trajes no son las mismas que las otras imágenes marianas que responde a imágenes vestideras.
-
Cuadros votivos del Santuario de la Virgen del Monte, como Antonia, la Gitana, donado en 1918 delatan que ambas imágenes procesionaban en las mismas fechas con el mismo modelo de andas. En el santuario bolañego se han perdido, quedando únicamente como referencias de ellas las estampas fotográficas.
-
El marco de espejo fue habitual utilizarlo con la finalidad de embellecer más el recuerdo para la Virgen. Existen tantos modelos como cuadros se han enmarcado con ellos, pudiendo contemplar en el santuario oretano tres tipologías diferentes con tamaños distintos. Estos “espejos de cómoda” se emplean en los santuarios calatravos desde 1917 hasta finales de la década de los años 50 del s. XX y casi siempre para realzar el exorno textil.
-
En marzo de 2022, durante la semana de la “Fiesta del Ángel” (permanencia de la Virgen en la Ermita), familiares descendientes de Tomasa Peco y Pedro Molina donaron al Santuario de Oreto y Zuqueca una reproducción fotográfica del exvoto narrativo textil original, realizada por el fotógrafo granatuleño Miguel Ángel Blanco, para conmemorar el centenario de la donación de sus abuelos y testimoniar su fervor por Ntra. Sra. de Zuqueca.
Proyecto: “Enhebrando santuarios…”, extraído de la tesis doctoral CUADROS-RECUERDO DE LOS TEMPLOS DEL CAMPO DE CALATRAVA. ARTE TEXTIL AL SERVICIO DE LA DEVOCIÓN realizada por María Jesús de Toro Calzado.