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DOÑA AMBROSIA TOLEDO

Nace en 1874 en Guadalajara. Queda huérfana de padre a los pocos días de nacer, viéndose obligada su madre, Vicenta, a trasladarse a trabajar a la capital con la familia de banqueros Céspedes como de ama de cría. Será criada como una hija de la familia, costeando los señores sus formación de maestra.

Cabe recordar que durante la regencia de María Cistina y el reinado de Alfonso XIII hay distinción entre maestro de niños y maestra de niñas, En la enseñanza femenina se da más importancia al aprendizaje de la doctrina cristiana, a las normas de educación y sigilo de buena esposa que a leer y escribir.

Acabados los estudios será destinada a Bolaños de Calatrava a donde vendrá acompañada por su madre. Aquí conocerá a Honorato Camacho, el secretario del Ayuntamiento, con quién contraerá matrimonio el 23 de noviembre de 1895 y tendrán tres hijos: Enriqueta, Valentina y Salvador.

Mujer inteligente, colmada de atributos y virtudes, pues era culta, cariñosa, habilidosa y, lo más importante, sumamente prudente ante los prejuicios culturales contra las mujeres de la época. Respecto a esto su nieto Honorato nos cuenta lo siguiente: “Educará a sus hijos por igual, los tres asistirán regularmente a sus escuelas y en el hogar les enseñará las mismas labores: coser a máquina, bordar y hacer punto, no recibiendo la educación machista de la época”1.

Su nieta Enriqueta da testimonio de que: “Mi abuela era muy callada. En cierta ocasión, mi abuelo, como era el secretario del Ayuntamiento, estaba haciendo no sé qué cuentas con un concejal y no le salían bien. Mi abuela estaba presente y pasado un buen rato uno de ellos le preguntó: “Ambrosia ¿sabes tú cómo se hace esto?”. Ella le contestó que sí y su marido le replicó: “¿y cómo no lo has dicho?. Ella muy tranquila añadió: “No me habéis preguntado”2.

En el libro Simposium sobre Bolaños se recoge el siguiente testimonio de una antigua alumna: “De la maestra más antigua que me acuerdo era Dª Ambrosia. Yo era muy pequeña, quizás fuera de párvulos. Habría en la escuela unas treinta o cuarenta niñas. Era muy lista y primorosa. Se dedicaba más a enseñar labores que a enseñar las letras. Enseguida pedía a sus alumnas el bastidor”3.

Por fuentes orales sabemos que hubo niñas que en la escuela bordaban exvotos narrativos que cuelgan en las paredes del santuario de Nª Sª del Monte con bastidores rectangulares de listones que facilitaba el “bordado erudito” (Ver apartado de técnica del bordado y catálogo nº )

Con respecto a su profesionalidad se recoge en el Libro de actas del Ayuntamiento de Bolaños de 1902 [año de la subida al trono de Alfonso XIII] lo siguiente: “El 16 de Diciembre se celebran los exámenes y se da un voto de gracia a Dª Ambrosia Toledo y a su auxiliar Dª Juana Nuñez”4. Más adelante se comenta que: “El 20 de Diciembre del mismo año se celebran los exámenes. A las nueve de la mañana los niños, a las dos de la tarde las niñas. Todos contestan bien y se resalta el trabajo primoroso de las labores”5.

En 1909 muere Ambrosia, cuando contaba sólo con 35 años de edad“. La noticia aparece recogida en el Libro de actas del Ayuntamiento: “En septiembre [...] En la de las niñas Dª Juana Nuñez se pone enferma en Octubre y el 1 de Diciembre fallece Dª Ambrosia, quedando la escuela cerrada en tanto mejora Dª Juana”6.

Será enterrada en el cementerio de la iglesia del Cristo de Bolaños, dejando huérfanas de las primeras letras y bordados a todas las niñas del pueblo, no sólo por la pérdida ante tan solícita y primorosa maestra, sino porque se tendrá que cerrar definitivamente la escuela femenina, tal y como recoge de nuevo el Libro de actas del Ayuntamiento bolañego: “El 11 de Julio en una visita de inspección, se observa el mal estado de la escuela de las niñas desde la muerte de Dª Ambrosia…..se declaran ruinosos los locales…”7. Su nieta añade: “Las niñas fueron a su entierro llevando las cintas de una corona de flores. Una de las niñas hizo una poesía a su muerte”8.

 

Poco después de su fallecimiento la familia se trasladará a vivir a Daimiel, siguiendo la trayectoria laboral del padre y Vicenta regresará con los señores Céspedes a Madrid, quienes adquirirán un panteón en el cementerio de la Almudena para su eterno descanso. “La llave era conservada por su hijo Salvador pero no se sabe que fue de ella”9.

 

Salvador será el único hijo que arraigue de nuevo en Bolaños, trabajando como fotógrafo profesional. Parte de su galería de retratos cuelgan en la actualidad en el santuario de la Virgen del Monte, junto a los primorosos cuadros-recuerdos bordados o dirigidos en la escuela en que trabajaba su madre.

 

Por último, y desgraciadamente, cabe decir que al morir Ambrosia Toledo tan joven son pocos los recuerdos que sus descendientes tienen de ella.

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