Durante el presente siglo XXI las mujeres han dejado de bordar.
Los nuevos hábitos de vida han excluido este tipo de labores relegadas a las personas de mayor edad que en su juventud aprendieron la técnica.
La laboriosidad y el gran esfuerzo que el bordado conlleva, no facilita su aprendizaje a las nuevas generaciones. Sin embargo, estas labores siguen gustando y por ello siguen vigentes elaboradas por medio de técnicas industriales, de producción masiva, pese a perder calidad y exclusividad.
En el año de la pandemia, al estar viviendo todas las sociedades momentos de reclusión en el hogar, un estadio involutivo incómodo de estar con nosotros mismos, decido crear Los enredos de María para que los iniciados en el bordado recuerden, puedan crear y perfeccionar nuevas labores y para que los profanos en estos dominios puedan sorprenderse y deleitarse con la contemplación de cuadros votivos, “exvotos narrativos” del pasado siglo, que se ganan por su belleza e intencionalidad devota el calificativo de obras históricas de Arte Popular.
Queda de manifiesto con estas palabras mi pasión por el bordado. Como bordadora desde niña, espero que mi técnica desempolve la memoria a otras mujeres bordadoras. Como historiadora profesional quiero también dar a conocer el testimonio histórico artístico de los cuadros votivos, quedando a su disposición para su explicación en el Santuario de Nuestra Señora del Monte en Bolaños de Calatrava.
Los habitantes del Campo de Calatrava no sólo comparten el fervor hacia sus advocaciones marianas sino que también comparten a sus artistas artesanos, algunos de los cuales firman sus obras, a los que recurren los devotos para encargar la realización de los exvotos que posteriormente serán llevados al santuario de la advocación a la que se encomendaron para pedir el favor, aunque en algunas ocasiones se encargan a la bordadora dos exvotos similares para agradecer su intercesión a dos advocaciones diferentes, como veremos a continuación.
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